Un grupo denominado Electronic Frontier Foundation asegura que decodificó las marcas que dejan las impresoras láser a nivel microscópico y pueden, con una simple impresión, saber en qué máquina, cuándo y eventualmente quién hizo el documento.
Los expertos aseguran que cada máquina tiene, de fábrica, este código encriptado que contiene el número de serie, la fecha y la hora de la impresión, y una serie mayor de información que todavía no decodifican. Eventualmente, con un papel impreso, pueden seguir, espiar y hackear a cualquiera sin necesidad de entrar en línea con su computadora.
Electronic Frontier Foundation (EFF) es una organización con base en San Francisco, California, que se anuncia como una ONG sin ánimo de lucro “que trabaja en el interés público para proteger las libertades civiles, la libre expresión, los derechos de propiedad intelectual e industrial, la privacidad y la innovación en el mundo digital”.
Se trata de pequeños puntos amarillos que se pueden leer con una lámpara de luz azul especial, que, de acuerdo con esta organización, usan los gobiernos “oficialmente” para identificar falsificadores de documentos y billetes, pero en realidad pueden estar usándose como forma de combate a narcotráfico, terrorismo, pero también para espiar actividades de civiles, industriales y políticos.
La agrupación asegura que impresoras a color fabricadas por Xerox, Canon, Hewlett Packard, Brother, Konica/Minolta, Kyocera, IBM, tanto en versiones láser como inyección de tinta, tienen estos puntos en su código.
De acuerdo con el portal de Internet de Nature, funcionarios de Xerox confirmaron la existencia de estos códigos, pero se negaron a dar detalles ”por motivos de seguridad comprometidos por la corporación con el Estado”.
El principal usuario de tal código, y quien lo habría puesto ahí, según la fundación, es el Servicio Secreto de Estados Unidos, la organización ejecutiva de mayor secrecía, tanto junto con la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
“Hay señales de marca de la impresora, pero debe haber más datos, y es poco reconfortante saber que en la aparentemente inocente impresora que uno tiene en su oficina o casa, hay un instrumento del gobierno para conocer detalles privados”.
Los miembros de la Fundación aseguran que el público debe saber qué impresoras contienen el código y poder elegir libremente si están de acuerdo en permitirle al gobierno usarlo para perseguir actos criminales.
Los técnicos de EFF descifraron 15 columnas de puntos amarillos que arrojan datos como el número de serie de la impresora, la fecha y la hora precisa en que se imprimió la hoja analizada, aunque hay columnas enteras con datos que aún no saben qué información contienen.
La Fundación solicitó al público en su página WEB y a través de blogs y mails que le envíen hojas impresas a color para analizarlas y detectar más modelos de impresoras codificadas.
“Los gobiernos pueden usar esta tecnología para conocer detalles de sus opositores, hacer espionaje industrial o personal con fines diferentes a los declarados”, explican los activistas.